Ven amor,
al ritual de la agolpada sangre entre las sienes
al cedrón y el té hirviendo
sobre la acostumbrada mesa,
ven que mi pecho ya atisba el ritmo de tus aguas
avanzar por las aceras.
Mírame soy yo la que te espera
tu hetaira, tu perrita choca
la mujer de los castaños
la apatita azul…
Ven amor y moja con tu mano ensalivada
las cuerdas de mi encendida lira,
bautiza a goterones fieros
estos racimos tardíos,
ven con tu lenguaje de estambre
reclamando tuyas mis caderas,
qué importa que nos vean los testigos
con los muslos enrojecidos
y los labios rotos de tanto amar.
Bailemos este minué de cuerpos apretados
con la sensualidad del aire
que estremece el perfumado encaje del jazmín,
con este abanicado aliento de tu boca en mi boca.
Hagamos el amor con tanta algarabía
que espante hasta los pájaros.
Tómame como a una guitarra nueva
y arráncame la elevada nota del éxtasis.
Alejandrina.