Enrique del Nilo

44 AÑOS SIN VOS PERO CONTIGO

 

 

 

Mientras veía alejarse las olas

y las nubes se agolpaban

sobre mis pupilas

para enjugar en un suspiro

el acuoso producto de la despedida,

mi mano incursiona

en el tibio bolsillo

en procura de algo

que mitigue el hastío

en las horas que faltan

para reanudar destino;

mis dedos se aferran

a las secas hojas

de un derruido libro

que con calma extraen

como temiendo que la luz del sol

pueda fulminarlo

 

Lucha mi otra mano

por enfocar los lentes,

esos que ahora preciso

para estos menesteres,

y con ambas manos

aprisionando el tomo

asegurando el enfoque

para la lectura,

mientras nos sacuden

los vientos afuera

 

Antes que las letras

mis pupilas adivinen

ya el verso se ha deslizado

desde mi testera;

como no iban a hacerlo

si son de la casa,

han vivido conmigo

casi mi vida entera

 

Saboreé el néctar de cada grafema

y lo iba cantando mi mente en el tema,

sentí los besos, y aquellas abejas

que se anidaban en el estómago,

cerrando los ojos vi aquellas estrellas

y con un suspiro

me sentí enamorado…

¡me sentí poeta!

 

Cuando a la última línea había llegado

y cerrando carpeta iba a guardarlo

vi en la contraportada

unos datos que acusaban

no haber sido antes auscultados

eran datos biográficos

del autor de esos versos

que me han acompañado

mitigando el dolor

por lo atrás dejado

 

Una luz asomó a mi pupila

y se quedó prendida

hoy cumplís cuarenta y cuatro años de tu partida

y quisiste festejarlo

consolando mi vida

y un nudo creció

desde mi garganta

y quise gritar

y quise llorar

agradeciendo el gesto

para con este mortal

de una de las plumas

que ascendió al cielo de inmortalidad

 

Y mientras apuro otro trago

y nos consumimos con un cigarro

vuelvo a leer el titulo

de ese poemario

que inspiró mi adolescencia

cuando faltan las palabras

y sobras los deseos

y atine a leer en la portada

VEINTE POEMAS DE AMOR UNA CANCIÓN DESESPERADA