Te quería con extrema locura.
Te quería mirando tus palabras de nada en la lluvia
Te quería riéndome de tus caras en las débiles formas
que el tiempo y un albañil desprevenido dejaron formar en las paredes
Ahora te encuentro en la fiebre, en levantarse moribundo en plena
madrugada, arrastrar los ojos y las lágrimas en medio del oscuro cuarto y la fiebre
Te encuentro ya no en la luna sino en el malestar, en el frío, en la gripe de las azoteas
en sus tres de la madrugada
Ahora me voy, lentamente podré ausentarme, ausentarte.
Me voy y el amor queda.
Me voy. Luego muero. Después el amor queda.
Quedas vos, recuerdo de nube viajera
Quedas vos. ¡Y cómo ayuda la ciudad y las flores y el olor de los días para que no te vayas.