Fuente del Avellano. Granada.
En recuerdo de Ángel Ganivet. Granadino de pro
Anoche me acerqué a tu fontana.
Aguas lisas en leche de plata.
Mis manos se hicieron para tu sed cóncavas.
Mi boca jarra de deseo derramada.
La luna llena desde el cénit me saludaba.
Le di las buenas noches, a la cama.
Me llevé en mi mirada el recuerdo de tus labios.
A mi corazón tus palabras venablos.
Me dormí enamorado de tu amor.
Soñé sueños que contigo soñaban.
Tras un instante desperté de pavor.
¡Dónde estás, cuando a mi lado estabas!
Corriste escalera abajo despuntando el alba.
El viento del este tus cabellos peinaban.
Te subiste a tu corcel, libertad buscabas.
Me dejaste en tierra, abandonado, en calma.
Tu sangre se despeña rauda por tus venas.
Sin trombo ni piedra, ni filo, ni cadenas.
Tu amor por mi amor te despluma las alas.
¡Vuélvete a enamorar, diosa de la mañana!