Camino hasta tu silencio
pero esta vez no es mi sombra
la palabra deja de ser inminente
pues mi guión transmutará el verbo;
en un paraguas etéreo
hecho especialmente;
para la tormenta de tus sienes.
Tienes la piel húmeda
ese signo me magnetiza
vengo a disipar tus penumbras
y a tu soledad hacerle añicos.
No importa que amanezca tarde o pronto
pues el rito que ejerceré en tu cuerpo y alma
será amnesia contra la incertidumbre
impermeable para la lluvia
y antídoto para el desasosiego.
Déjame esparcir en tus campos de añoranza
caricias y besos a granel
ser fecundo de tus tierras áridas
veráz que haré vibrar a tus huesos y piel.
Déjame trabajar mis matemáticas
en tus senderos que me aguardan sedientos
he de extraer datos de tus poros abiertos
que me dictarán el protocolo; de una liturgia sin precedente
juntos haremos brillar no solo al oro
haremos mucho más
como exiliar a fantasmas
y vacunarnos de la mortalidad.