algunas veces llego a casa; me acuesto, abrazo una almohada, cierro los ojos y me imagino que eres tú; te beso, te digo que te amo, digo tres veces tu nombre, Rubi, Rubi, Rubi, siempre mi Rubi, abro los ojos; no estás, y te grito sin voz, deseando que hasta allá donde estés; sientas alguna emoción, algún afecto y sepas que estoy pensando en ti.