He disfrutado palmo a palmo cada parte...
y gocé codo a codo cada todo, de buen modo
que será por eso, que no me duele el amarte
porque aquí te quedas y se te recuerda en todo
Si tuviera que llorar por todo lo que se aleja
no alcanzarían las lágrimas para ahogar tanto
decido entonces divinizar todo cuanto extraño
y loarle aún cuando esté lejos, en un canto
despereza, ocúpate… atiende y acomete cuánto debas
corre dónde tengas, que el porvenir te espera...
Sonríe y regala de ti lo mejor... que es necesario
Mostrar a todos, cuánto de mí has libado
En noches en que deba estar y ser para todos
yo escribiré sobre las rodillas cuánto te extraño
Acaso con rabia me lamente porque no lo merezcas
pero sabes bien que la añoranza no conoce méritos
Por eso atiende, consuela, sana y renueva lo que tocas
construye con tus manos el deseo de ser de todos
cuenta y recuenta y el recuento que te distraiga
De ese caminar que por un momento en el ajetreo
Cuando nadie te vea, cuando todos se distraigan,
te llame desde mi recuerdo y por es te ruborices
Y alguien aduzca a la temperatura o a la actividad
ese fogonazo impertinente de mi recuerdo en ti
Entonces sabremos, (porque de eso se trata, de saber)
que la lejanía no es ausencia, ni ansiedad la añoranza
que el amor profeso y confeso no es sexo ni apareo
y la abnegación pasionaria no es lujuria simple y llana
Ocúpate pues, para no pensar en ti, como yo me ocupo
Regálate a los demás, para evitar la entrega subliminal
y sábete que en mi corazón, soy yo quien más manda
Y por eso, (porque quiero), al músculo ordeno tu añoranza
Pero antes de dormir, aún cuando sea después de la pasión
extiende la mano en la penumbra obligada... y ahí estaré
formaré parte de tu ensueño antes de reparador descanso
como eres tú, la obligada mano de mi nocturno cansancio
Y sabremos que esos que no son novios ni amorosos entes
que se prodigan en cada paso un ardoroso beso...
somos más que siempre, buscadores de manos en lo obscuro
y que a nuestra añoranza amorosa, le baste este día con eso...