Amada, tú que estás tan callada,
Dejáme besarte ese cuello,
Tan tierno y suave como un mango,
Dejáme hacerte el amor,
Esta noche que nos ilumina la luna,
Y las estrellas,
Amada mía, solo mía,
no tengas miedo de demostrarme,
tus atributos que los quiero besar,
Añorar está noche frenesí,
sofocado por tus gemidos,
Que me disloca al besarte,
En lo más profundo de tu alma,
Amada mía, solo mía,
¿Cuándo serás mía?