Duermes, como un tierno capullo,
Entre sábanas y almohadas.
Como aquella rosa que todavía no florece.
Y tu imagen es clara, como el café de las mañanas.
Te miro dormir, y parece que afuera,
No hay tiempo. Como si no hubiera día.
Como si el mundo; todo el mundo,
Fuera este pequeño cuarto, donde los dos estamos.
Despiertas, poco a poco.
A tiempo de verme viéndote despertar.
Y te sonríes. Como si me vieras,
Por primera vez.
La cama esta tibia para levantarnos pronto,
Volvemos a zambullirnos, en el silencio
De aquel profundo sueño,
Hasta que despierte el mundo.