El grifo mal cerrado,
está imitando al segundero del reloj.
De nuevo,
como de costumbre.
Más de una vez,
el hijo de puta del quinto
se ha venido quejando a mi puerta
por un molesto ruido;
las gotitas cayendo
al perenne charco formado
por un mal diseño de mi bañera.
Mi exnovia,
o en realidad lo que ella fuera,
decía que ese tipo era un tocacojones.
Tal vez ella me ha dejado
por culpa de aquel imbécil,
pero pensar eso es de cobarde
o por lo menos,
es trampa.