Tus poros abiertos me dictaron
el guión que debía ejercer por tus horizontes
me dejaste la autoría del libreto
que se desplegaría en la escenografía de tu cuerpo.
Tus poros abiertos manifestaron
un axioma como pocos
te abandonaste a la arte de mis manos
en las manos de un Poeta
y a la precisión que suele tener mi caricia;
propia de un matemático.
Decir que fuiste mía
se aleja del término correcto
fuiste, eres y serás
ya habitas en los tres tiempos...
(Tu piel y alma lograron la proeza).