Hoy nacimos sin pieles coloridas
sin idiomas diferentes
sin debates en la mente
y sin ideas preconcebidas.
Hoy todos somos grises
por la ceniza y el cemento,
las lágrimas y el concreto,
igual de tristes e infelices
y el llanto ahogado dentro.
Hoy somos el hermano,
el padre, el tío o el abuelo
del que necesita consuelo
porque no los ha encontrado.
Hoy somos el niño huérfano
y la anciana desamparada
cuya alma devastada
necesita el ungüento
de otra alma preocupada
en su mismo sentir,
en su mismo sufrimiento.
Hoy es ese oscuro día
de demostrar nuestra rudeza
en ese acto de nobleza
al que llamamos … empatía.
-ABADÓN-