En un café charlaban al descuido, cualquier tema era igual, tratando de ignorar algo realmente trascendental en sus vidas, acaso no entendían que a partir de ahora ya nada era igual, de improviso él retoma la conversación inicial. “-Bien esto ya es un hecho, y en consecuencia actuemos como adultos, aunque ya en nosotros comiencen los síntomas de la nostalgia, la actitud es darle animo en la decisión que ha tomado, ya no es un secreto que en el otoño de su vida se ha vuelto a enamorar”. –“Me alegro que al fin lo hallan entendido, ella también es mujer”. –“Lo se y no te niego que he sido un poco egoísta, sin tomar en cuenta que por un largo tiempo ella resistió la idea de sentir otra vez una pareja a su lado, y quizás vivió alguna que otra aventura que muy pronto terminaba sin apenas comenzar, me alegro que ahora la vida le brinde esta segunda oportunidad. –“Entonces no se hable mas, antes del viaje organicemos un pequeño brindis en nombre de ella y él, para que compartan sus vidas, superando lo bueno y lo malo que a veces nos brinda la vida, y en nombre del amor mucho se puede lograr. Una gota de lagrima resbala por su mejilla, él y ella le ofrecen una servilleta y uno de ellos exclama: “-Vamos mi niña, que ya crecimos y cada quien hizo su vida, es tiempo de seguir creciendo para todos, nos vemos la próxima semana, antes de que salga de viaje, llevare una botella de vino, chicas ocúpense de los bocadillos”. –“Hola mamá, si ya tus hijos nos reunimos, nos costo asimilar todo esto, nunca antes nos hemos separado por tanto tiempo de ti, pero lo entendemos porque además de madre también eres mujer. Llego agotada de aquel viaje y le extraño que las luces estaban todas apagadas, seguramente su amor aun estaba en la reunión del negocio, en la penumbra dejo caer la maleta, se quito el vestido y lo dejo en el sillón del recibo, soltó las tiritas de las sandalias, levanto un pie e hizo volar por los aires una sandalia, luego repitió la acción con el otro pie y se dirigió a la cocina, abrió la nevera y el chocolate fue lo mejor de aquel día, una verdadera delicia se deshizo en su boca, entro a la habitación y allí estaba él tal y como llego al mundo, esperándola con una botella de vino y dos copas para hacerle el amor. A la mañana siguiente repica el teléfono: -“Hola ¿mamá como estuvo tu viaje?, estamos tus hijos reunidos pondré el altavoz para que hables con todos a la vez” –“Hola hijos, me siento muy bien, y al lado de alguien que estoy amando igual que el me ama a mi, sin duda algo nuevo esta pasando en mi vida, y esto me hace totalmente feliz, recuerden que los quiero mucho y en cuanto sea posible iré a visitarlos.” -
Y la vida continúa …