Te quedaste dormido a la sombra de un árbol
Absorto en tu tedio y mecido por la pena
Con un hueco de abrazo extinto
Y raíces como uñas cavando ausencias
Sonó la caída como el mármol, al cerrar la tumba
Un punto. Sin concesiones. Y después silencio.
Aquel día gris sin lágrimas ni solemnidad
Vaciaste una pala y la tierra te respondió hueca
Fue este el desenlace de una maraña de hilos
Pero quedamos nosotros como homenaje
No es en vano una existencia que acaba desapareciendo
Vive en los quehaceres de los que aún existimos
Como tú o yo cuando nos vayamos algún día
Seguiremos brillando el uno para el otro
Como estas estrellas extintas que ahora nos están mirando