A los pies de un naranjo
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Era el ave un primor, un canario excelente,
un tenor que cantaba con suma maestría,
daba ritmo a sus notas al desgranar el día
metido en una jaula dorada y reluciente.
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su dueño era un muchacho de mirada inocente
que llenaba de mimos a aquel que más quería,
mas un día el canario perdió toda energía
y en un instante gris dejó de estar presente.
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Con su pequeña mano sacó el infante al preso
sin dejar de temblar con sobrada emoción,
y con delicadeza le dio en el pecho un beso.
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Y dentro de una caja forrada de algodón
lo enterró con cuidado, dado su poco peso,
a los pies de un naranjo cercano a su balcón.
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Inspirado en una canción de Cafrune y Marito. (El niño y el canario)