…Abrazándola sobre su pecho, él la miró y habló con temblorosa pasión:
-Espérame en el sendero de nuestro amor, al doblar aquella esquina donde nos encontramos,
cuando voy a tomar el bus.
Atardecía y ella, ya estaba en el mismo lugar, al que fuera siempre para verlo.
-Acá estoy, vestida con una nueva emoción de espera - le dijo.
-Entonces tómame de la mano y vamos a la estación, amada.Entre tanto sonreiremos y nuestras miradas se encontraran nuevamente.
El sendero hizo silencio, los árboles lo alfombraron con sus hojas doradas
para ver pasar aquel amor de otoño con nuevos bríos en sus entrañas.
-¿Me das un beso?-pidió ella.
-Te daré un beso, un beso de encuentro que sellará nuestro amor .Ya está por venir la ruta, la espero no con ansias porque tú estás conmigo.
-Quisiera prolongar este instante-dijo- besándola. Allá viene el bus, despidámonos solo por un momento.Te amo, amor.
-Me dejas tu beso con el sabor del encuentro y tus labios se llevan mi beso con el sabor del regreso, amado mío.
Cuando partió el ómnibus, ella volvió a recorrer el sendero y llevaba en su pecho un poema de amor…