“Deja que le mienta el corazón/ cuando digo que no quiero verla,/ es un obstinado que me da la razón/ porque se ha cansado de tenerla”.
No me interesa usar palabras rimbombantes,
sólo aquéllas que me sirvan como detonantes
y logren una reacción emotiva en quien me lee.
Que la cárcel donde está mi inspiración se abra
y tengan mucho eco cada verso y cada palabra
y saber que quien me está leyendo… me cree.
No me interesa en ningún poema ser un rey,
más me importa, eso sí, que se cumpla la ley
y la ley es que a tu alma mis versos vayan…
Estar muy seguro de que mis letras te excitan,
que en el silencio las lees, las sientes, te gritan
y te emocionan cuando al final del poema, callan.
Me gustaría saber dónde te sientas para leerme
y si estás desnuda e imaginas que puedes verme
y te excita más imaginar al leer, que yo te vea…
Que notes que mis versos son parecidos a reos
que escapan a toda velocidad como tus deseos
y que quieras que sepa que alguien me desea.
No me interesan mis versos si no logro llenarte,
si mientras me lees no empiezas a inquietarte
ni te sientes tentada a vivir algunas fantasías.
Deseo que mis poemas te den valor, no que huyas
y que tantas cosas íntimas que eran tan tuyas,
antes de terminar el poema sean también mías.
No me interesa ser poeta si serlo no te emociona,
me importa que te sientas reina hasta sin corona
porque te hace sentir así cada verso que escribo.
Que sepas que este mortal te sueña despierto…
Que un día alguien te diga quizá que he muerto
y tú me leas y en voz alta respondas ¡está vivo!
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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