EL GALGO
Garbeando la rúa presuroso
paseaba campante cierto día,
silbando jubiloso de alegría,
retozando cual más, ¡Muy animoso!
De pronto de la nada sale airoso,
un gozque que su cola así latía,
y herido de una pata me gemía,
manoseando mi mano, angustioso.
Acelere mi andar para alejarlo,
pero entre más corría, el me seguía.
Me gane a este pulgoso: yo decía.
Fue inútil mi garbeo presuroso,
el goloso alcanzo mi correría
y yo acepté adoptarlo, ¡qué alegría!
Autor: Fabio Bohórquez Rodríguez
Registro No. 10-613-223.
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