Rafael Parra Barrios

El Sol y la Luna por fin se casaron!

 

El Sol y la Luna por fin se casaron!

Prosigue la miel entre la Luna y el Sol,

y Júpiter, orgulloso por ser el lugar

del amor más tórrido del sistema solar.

Pasaba el tiempo y comenzaba a preocupar,

esa pasión astronómica estelar.

 Luego la Luna y el Sol lograron aterrizar.

Los recibió Gea, Diosa de la fecundidad,

para que se casaran en el altar terrenal,

donde Dios bendeciría su amor universal.

Y así ocurrió! Un sí relampagueó en la mar.

 Ahora los terrícolas honran el amor

de los seres humanos, la Luna y el Sol.

Las albricias del universo tienen son,

y por eso brillan con gran esplendor,

y sus ecos llegan hasta Dios.

 La Tierra rescata sus movimientos

giratorios de rotación y traslación,

y a todos les contagia la emoción,

porque de nuevo vino la gravitación,

en esta ocasión con la Luna y el Sol,

dando vida con sus rayos de amor,

a los bosques, la libertad y la flor!