Hoy no hay,
las lunas, peatones, pasos de cebra,
cebras con rayas,
luz de candilejas nocturnas, hoy no hay.
Cemento en calles,
escaleras en corazones, y de vista el semáforo.
Hoy no hay,
más que piel, piel pegada,
que nada late, porque no late el alma.
Quien con una sonrisa basta, una palabra,
un momento, quien no espera nada.
Hoy no hay,
porque no han entendido,
qué quiere decir perfección,
porque no les basta una flor,
solo buscan el calor, no saben de perdón.
Han desistido de la calle, del cemento,
la luna, la niebla, de las candilejas,
son de la vida un traidor.
Hoy no hay manera de encontrarnos,
pues de lo simple y lo magnífico,
están ustedes ciegos.
Por eso que no perciben,
o si perciben es solo el cascaron,
por eso que despellejan,
y destruyen el amor.
Hoy no hay poesía, hoy hay dolor.