Nos ataremos nuestros cuerpos para que cada movimiento sea un alivio de amor, me deslizaré por el valle que separa tus blancos senos y sin cesar nos abrazamos hasta fundir dos cuerpos en uno.
Acariciaré tus cortos cabellos gris plata y sentiremos el calor de nuestros labios sediento de pasión, bajaré y subiré hasta el más infinito placer que los dos sentiremos en dulce armonía.
Acariciaré tu cuello y tu espalda tostada por el sol del verano en nuestros largos paseos por la playa, después nuestros cuerpos quedaran sumídos en el silencio, tu cara en mi pecho y mi brazo por tu hombro hasta el amanecer.
© José Cascales Muñoz
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28 de Septiembre 2017