¿Cuántas veces habría de prometer?
que esa sería la última vez
que los juncos de la memoria se inclinan
para besar el reflejo de tu recuerdo, pez
que tiembla como senos que fascinan
y las ramas de árbol que mecen vientos
como al vaivén de caderas
que coronan Jónicas columnas erguidas
que sostienen vientres-templos, enteras
por pedestales alabástricos sostenidas
La noche parece rodearme de ilusiones
y en cada estrella fugaz
encuentro motivos que traen tu presencia
porque el recuerdo es eso, revivir audaz
de añoranzas sin coro y sin audiencia
Otrora quedan las extasiadas amantes
que en sacrificio virginal
durante años arribaron silenciosamente
y saciaron mis ansias, y ahora, al final
tú te encuentras en mi beso permanente
como despojos que acechan las bestias
mi pobre espíritu sombrío
se pregunta con terror si serás penitencia
por los años muchos de corporal hastío
y los muchos devaríos de mi inconsciencia
Entonces me arrimo al cristal de mi vida
y sin culpabilidad fingida
encuentro en ti mi redención espiritual
toma entonces mujer, ésta mi pobre vida
y gástala en su destino último y original
Porque he pasado la vida pidiendo prestado
y sin curar mal ninguno
loco, insaciable y siempre al amparo del vicio
pero así soy, y uno sólo es, como es uno...
y en tí quiero ser fin, y que tú seas mi inicio
En otro lugar y en otro tiempo, lo sabes
hubiera arrancado cimientos
de ciudades, desde la antigüedad hasta hoy
y mataría y mentiría por uno y por cientos
pero ya ves, peno, y sólo soy lo que soy
Yo también desearía, no ser lo que soy ahora
y mirarte desde el pasado
cuando nuestros cuerpos se hubieran conocido
y no ser lo que soy... de una sombra enamorado,
ladrando a la luna, como lobo... sólo y desconocido.