Cuando te pido que me regales
una caricia de amor…
Siento
tus labios y tus manos
temblar como una gacela asustada.
Siento como poco a poco te desnuda
de tu pudor
y salta las tapias de tus miedos
adentrándote decidida
en el jardín donde las serpientes
y las manzanas
que son el reclamo perfecto
para romper todos los tabúes impuestos
por una sociedad
que se ahoga en su doble y falsa moral.
Siento como poco a poco va rompiendo
con los viejos prejuicios
y el orden establecido
convirtiéndote en una valiente guerrillera
que lucha con valentía
contra todo aquello que trata de esclavizarte
y denigrarte como persona.
Cuando te pido que me regale
una caricia de amor…
Mis labios y mis manos
son las que tiemblan ante tanta fuerza y belleza.