Tengo los ojos cansados
de tanto olvidar,
de saltar al vacío a solas.
Tengo magullados los pies
de cada tropiezo,
y de levantarme
para seguir huyendo.
Me he prometido mil veces
que no lo haría,
que no te robaría más sueños,
y aquí sigo mintiéndome,
escondiéndome en cada poema,
en cada verso...