Tomas Hernandez Garcia

Encuentro

Nunca imagine en aquel lluvioso día
Donde no presentía conocer un alma
Que aquella agraciada mujer me robaría
Con la fuerza de su mirada, toda mi calma.

Solo en busca de nada vagaba
Y al escuchar su voz fijándome en sus ojos
Intensamente mi ser embriagaba
Liberando mi mente de mis enojos.

Que atrayente sentí aquella ternura
Que emanaba de aquella mujer
Abrigando en mi tan dulce ventura
Calando en silencio todo mí ser.

Gracias por descubrirte ofrezco al cielo
Y mi soledad te da las bienvenidas
Por haberte hallado como consuelo
De todo un batallar de cosas sufridas.