Sobre cristales rotos del pasado,
solo, dejaré que me arrastre el viento.
Ceremonial sacrificio sangriento
que depurará todo mi pecado.
por no amar como pude haber amado
vestiré el manto del remordimiento.
Silencio, para callar lo que siento,
tarde ya para desandar lo andado.
Antes, mucho antes, de llorar mi ausencia
yo ya no era el hombre que conociste.
Siempre me aproveché de tu inocencia.
Me marcharé lejos de tu alma triste
liberando tu amor y tu paciencia.
No merezco el cariño que me diste.