Steylan Montilla

Cuando quieras, donde quieras.

Se convierte en la canción más bonita del mundo,

cuando a mis deseos con ardiente aliciente él responde:

 

“Cuando quieras, donde quieras,

el sitio que mejor prefieras,

con todo nuestro amor los dos”…

 

Logra tocar mi blanco indefenso y de pasión perfecto,

cuando la opulencia de sus labios así me lo proponen,

en trémulo urgente de gozo completa me convierto

y con la flama de excitación a la que él me conduce le refiero:

 

“Tú sabes que yo te diré: ¡Quiéreme!…

 

Porque nuestros encuentros no tienen inhibiciones

desmesuradamente saben fundirse nuestras almas,

son nuestras horas un mar jadeante de pasión, amor y deseos

por eso yo siempre también diré:

 

“Cuando quieras, donde quieras”