En ese lecho lujurioso de jazmines
blancos,
perfumados con deseos,
desde donde deshechas la inocencia,
para sumirte en las deidades
del tremulo temblor,
y arrebatadores e increibles
orgasmos,
yo participo en encontrarte,
a ti,
hombre,
desde tu adolescencia creativa,
hasta tu madurez indomita.-
Y rescato tu escencia,
tu ansiedad,
tu orgullo,
y tu modestia,
tu generosidad,
la voracidad de tus ansias,
y esa manifestacion final,
descendente, esa embriaguez gloriosa,
que despues del paso vivo,
te acerca a la muerte.-
Veo en ti, la magia fantasiosa,
que acelera tu pulso,
puedo verte anhelante,
y tu sin saberlo,
esperas simplemente,
amor.-
Un increible, impostergable,
apoteotico amor,
perdurable,
que te nutra y te complete.-
ANA MARIA GERMANAS