La dilación de tu acorde se oyó
en las escamas más profundas,
en las salinas y en las cunetas,
en la salvia lenta, en los óleos
y la flor seca
se oyó en la arena apretada,
en las pupilas y en los humedales.
La dilación de tu acorde
se estiró como un espigon,
como el filo del horizonte,
atravesó la roca, el olvido
y el corazón.