Dueño del hambre que azota en las ansias de la razón,
En el umbral del deseo garras que rasgan el corazón,
Cuerpos envueltos en gloria gemidos desbordan de pasión.
Dormirse no es lo que anhelan las horas contadas están,
Los sueños no esperan el alba la noche sedienta ya está.
Dueño del sueño anhelado como lo pide la piel.
Cuerpos que añoran tocarse, sentirse hasta el amanecer,
Con agujeros de llantos que brotan al compás del placer,
Sombras que oculta la noche, amantes que sueñan tal vez…
(Thenamora)