alejandro fozar

VII. Poética

No hay razones para curvar los versos

debo tomarlos porque no ceden,

le ajustan al desmedido,

al poeta verdadero.

Arrogarse la primera estocada

contra el papel vacio.

Decir:

La arena espesa como el cielo

y el mar difunto de tanto azul arado.

O decir:

El amor es un huracán contra las costas del alma

y después de azotar los cuerpos

vuelve indiferente la calma.

 

Esta brasa que se me extingue 

sin haber sido hoguera,

estos besos que se han secado

colgados contra el hastío,

en los broches de sus manos

en los labios divididos.