Una vela lloriqueaba con lágrimas verdaderas, al mirar que se quemaba toda, cuan larga era. Que lágrimas tan sinceras y dolorosas tal vez, las que derrama la vela goteando bajo sus pies. Son unas lágrimas tristes de dolor que desespera, pues su llanto no resiste cuando muriendo se quema. Lágrimas vertidas por la vela son unas lágrimas puras, son los extractos de ella consumida en su amargura. Sus cálidas lágrimas son curioso homenaje viviente… porque tuvo la triste ocasión, de llorar su propia muerte.