con el paraíso en el bolsillo,
así como una vez fue volverá a ser,
tal vez el camino no sea el mismo,
todos volamos en los vientos del haber,
y las voces gritan vestidas de dolor,
nuestro amor latente sin saber,
cuando el mar y la luna pierdan su color,
cada caricia y roce jamás volverán a arder,
ese lugar entre el hoy y el mañana,
donde mi pensar molda las piedras del sendero,
se ilumina y en júbilo nos acompaña,
hasta los pies de las nubes rojas de acero,
todo río y lágrima en el mar desbocan,
las risas de la infancia nos persiguen,
los latidos de la eternidad así nos colocan,
el reloj de arena acaba pero mi amor por ti eterno sigue...