El mar es un misterio que cautiva.
Ver las olas de gritar,
y pensar que cada gota tiene una historia oculta que la hace infinita.
Una vino de alta mar,
otra fue una lágrima tibia
de algún pescador enloquecido
Por su amarga desdicha.
Todas funden en espumosos abrazos,
como soldado contentos al acabar las milicias.
Unidas formando un todo
tan inmenso y prodigioso
como la calma vida.
¿De quién será aquella gota tan distinta?,
esa que es capaz de montarse en la brisa,
esa que boga a la intemperie sin revisar su mochila,
esa que cuando el mal dicta la calma ella salpica y cuando el mar presenta bronca se acomoda en la orilla.
Que misterio nos trae el mar, ese en el que cada gota forma un todo y en el que una gota distinta,
hace que la calma explote cuando el corazón ya no salpica.