Fuiste víspera otoñal
dócil canto matinal
de celaje almibarado
y eco de mi ser aislado.
Fuiste ola, fuimos marea
que azota el acantilado,
y del sol, guirnalda áurea
que hiende al sopor hastiado.
Fuiste céfiro meloso
resplandor incandescente,
salmo y hechizo dichoso
de mi corazón ausente.
Fuiste vendaval y tempestad,
azul río desbordado
y astro de mi voluntad.
Fuiste alma volátil, viento añorado.