Catelgood

DeclaraciĆ³n para un amor posible, pero improbable...

Estoy aquí frente de todos, un hombre con sentido común,
que conoce la vida y de la muerte lo que un hombre puede conocer
Probó los dolores y los goces del amor,
impuso algunas veces sus ideas
conoce varias lenguas
y no ha viajado poco...

Vio la guerra en la calle y el edén
herido en la cabeza, por certera cobardía.
se perdió a sí mismo en la espantosa lucha

Sé de lo antiguo y de lo nuevo lo que un hombre solitario puede saber
de esas cosas
y sin inquietarme hoy de esta guerra
entre nosotros y para ustedes, mis amigos
juzgo esta larga querella de la tradición y de la invención
del orden, la decencia y de las buenas maneras

Ustedes, con la boca hecha a la imagen de la boca de Dios
boca que es el orden mismo
sean indulgentes al compararnos
con los que fueron la perfección y el orden
nosotros que siempre buscamos la aventura
no somos enemigos

Sólo soñadores de vastos y extraños dominios
donde el misterio germina para el que quiera cosecharlo
hay fuegos nuevos, colores nunca vistos
mil fantasmas imponderables
para darles realidad
y explorar la bondad; país enorme y silencioso
Hay tiempo para desterrarnos,
y tiempo para el innoble regreso

Piedad para nosotros que combatimos siempre en las fronteras
de lo ilimitado y lo porvenir
¡Piedad para nuestros errores, piedad para nuestros pecados!

He aquí que me llegó el estío, la estación violenta
y mi juventud ha muerto como la primavera
¡Oh sol!  ¡Es el tiempo de la razón ardiente!.. y espero
para seguir la forma noble y dulce
que adopta ella, para que pueda amarla...

Llega y me atrae, como al hierro el imán
tiene el aspecto encantador de una adorable quimera
Sus cabellos son de oro se diría, (¡Y qué me importa que sean de plata!)...
un bello relámpago que nunca acaba
o esas llamas que presumen vida
pero viven en las rosas marchitas, ya.

¡Ríanse!, ¡ríanse de mi de mí!...
¡Hombres de todas partes, sobre todo gentes de aquí!...
¡Porque hay tantas cosas que no me atrevo a decir
...tantas cosas que no me dejarían ustedes decir...
tengan piedad de mí. Extranjero, mestizo e innoble.

¿Que mi corazón se quede en esta tierra? ¡Poca cosa!
Si he de plantarme en ella.. Seré alto y fuerte roble!
Pero a mi pie, crece un rosal, con una... y otra rosa
Que abrazan mi pecho...y sé bien que son suyas...
O mejor dicho...¡mías!, ¡Y por partida doble!...