La oscuridad y la campana
entierran el día
Al anochecer la tristeza recobra su aroma
y sueña las ausencias
En la conjura se tensan las palabras
que viven ocultas
y los pasos de la memoria
se escuchan lejanos
En este poema a medio hacer
como todo lo que existe
sabemos que el tiempo nada cura
y que los pacientes siempre mueren