¡Qué pena! Hoy esta voz está de luto,
no tiene ya vocablos. Su gangrena
no pudo resistir, murió de pena
y aún le quieren robar el usufructo
en urna que es obscena.
Hablar, ¿para que hablar, qué es la palabra
de qué sirve decir si algo es mentira?
¡Si sólo son lamentos de una ira!
Será mejor la boca no se abra,
se queme en una pira.
Pues ¿que es la voz sin ley?, una soflama,
que clama en el desierto de rebote,
de algún verso vacío su estrambote,
pavesa que se extingue de una llama
la jerga de algún zote.
Mis tímpanos se han roto. Los oídos
están acartonados y obsoletos,
no pueden superar los parapetos
envuelto como están entre los ruidos
por falta de respetos.
©donaciano bueno
(... y sus poemas de medio pelo)
http://www.donacianobueno.com