Pedro Becerra

LOS LIBROS PERDIDOS

Los libros están en los cementerios
están en las calaveras rotas por una bala
están esperando en los armarios de viejos
en los versos truncos de un Domingo
están sin corbatas, sin uniformes
con hojas amarillas e intactas
están en baúles en alguna azotea
llenos de polvo con telarañas
están llorando soledad de mendigo
como si su peso absoluto se volatilizara
como si la noche sin luna
diera cuenta de una mala oración
están tibios, gruesos, con olor a piojoso
cómo cuando caen desde lejos al vacío.

La tapa y la contratapa se reventaron
en la divagación de una letra desdibujada
son como el puente colgante
desde donde pende el pasado y la historia
vuelan caprichosos a los nidos
de los océanos atlánticos de una lagrima
están tiesos, pálidos, flacos
esperando una mano tibia de mujer
están como hijos huérfanos
calculando la hora de un soneto
el tiempo de una rima, el espacio verbal
miran desdichados hacia el cielo
pidiendo párpados que se les posen suavemente
y lloran y lloran porque el azul
les niega la mirada, les niega el sueño
quedan sorprendidos sin ojos y sin lentes
viven una temporada y luego mueren.

Sus ediciones, las primeras, las únicas
tienen nombres olvidados en los años
nadie los recuerda, nadie los cita
están con palabras ilegibles
con versos torpedeados por la crítica
todavía no nacen y ya están muertos
suenan a letanía lejana sin notas
están cabizbajos y deprimidos
con el lomo roto y la letra desteñida
respiran azufre y se vuelven enigmáticos
encierran secretos que se descubren
en ocasiones casi fortuitas
piden a gritos que los ajen maliciosamente
que los toquen, que los odien, que los lean
son visiones fantásticas y fantasmagóricas
se retuercen como almas insepultas
están en los áticos invernales
en los sótanos húmedos y oscuros
los acompañan musgos y líquenes
y en las tardes amarillas
añoran una fogata y el humo de una pipa.

Parece que los libros de poemas
se los trago el olvido y la nostalgia
fueron quemados, sepultados
por manos asesinas con cuartel
y los poetas que los escribieron
tocaron fondo y se fueron también.