son nuestras, esas tardes de lluvia.
cuando estamos solos.
cuando te quedas conmigo,
y para mi, en esas tardes de lluvia.
miro como el agua corre por la ventana,
como corrian mis lágrimas,
en cada discusión tonta.
estas tumbada en el sofa.
tus cabellos son una melena
salvaje, indomable;
que se esparcen por todo el cojin.
amo aquellas tardes, no tanto
como te amo a ti.
cuando nos alejamos del mundo,
cuando llueve. y hacemos nuestro
fuego en la cama.
las sábanas todavía
tienen el calor,
de la hoguera pasada.
y hasta mi llega el aroma
tibio, cremoso
de aquel cafe,
el sabor crocante de aquella merienda,
que tomamos siempre. antes de arruncharnos
a ver llover.