Un rosal de suspiros
En la atmósfera oscura de un convento
una sombra levanta su figura,
un rosal de suspiros, se le äugura
de terribles angustias sufrimiento.
Esa queja doliente es de tormento,
de una dama es la sombra en la clausura,
se desgarra de sí su vestidura
del azote se escucha su lamento.
Una diosa silueta se proyecta
en aquel paredón desvencijado
que a la diva, del mundo desconecta,
una noche pesó más su pecado,
la silueta desnuda era insurrecta
un orgasmo tenaz fue despiadado.
Ariello