Aunque a veces no veas salida a un laberinto
en el que entraste inconscientemente,
cuando te sientas perdido en el desierto,
aunque las personas hayan inmigrado de tu mente y corazón,
recuerda siempre ¡que existe un Dios!,
el cual vendará las heridas, curará tu alma,
y te pondrá gozar de larga vida.
Solo él tu amigo y esperanza
fuente y autor de la poesía,
en él está la vida, todo lo que eres:
triunfos, temores y cada gota de sueño.
¡Señor quiero ser un instrumento tuyo! moldéame a tu imagen y a tu
semejanza, por mucho tiempo en la vida vagué y solo tristezas
encontré, la felicidad eterna en el mundo no existe, todo hace parte de una fantasía,
de un cuento de hadas, de un mito o quizás de una fábula,
caí en el remolino de la muerte,
me refugie en el huracán de la soledad…
Pero apareciste tú, Jehová, q me levantaste,
me diste de beber de tu néctar de salvación,
me registraste en el libro de la vida,
me bendijiste con tu Espíritu Santo...
Ahora me preguntó
¿qué es imposible para Dios?
y hallo una respuesta, Nada...
lo notó en la madrugada de un frío despertar.
En el atardecer de un soleado día...
Derechos reservados: Adriana e Iván V.