Siempre lo supe si ese abrazo que desesperadamente anhelo un día llegara,
le temería como a la más terrible catástrofe
Lo imagino lleno de gotas de rocío,
rodeado de verdes tenues
y algunas pinceladas de mieles turquesa
Lo imagino cálido, suave, y a la vez fuerte
cual coraza que envuelve mi cuerpo
Lo imagino oliendo a jazmines, a flores silvestres,
entre mundos de luz donde mis alas me lleven
Ese abrazo donde quiero quedarme a vivir para siempre,
donde tu amor me alimenta y mi vida renace perenne
A veces mis ansias de ese abrazo han sido tan fuertes,
que mi respiración se entrecorta
y una punzante sensación de desamparo
recorre mi cuerpo sediento de tu sabor
Correría frenética a ese encuentro
y sentiría que todo lo que me ha tocado vivir
valió la pena, sólo por ese instante de dicha
entre tus brazos,
donde no existe la angustia
donde quedan desterradas la muerte y la locura
Cuando reinvento esa unión una y otra vez
palpitando mi corazón,
sublimes melodías invaden todo alrededor
Y es que el amor no sabe de distancias,
todo está envuelto en un instante eterno,
tal es la maravilla de su secreto,
todo lo supo, lo sabe y siempre lo sabrá
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Pero ese abrazo jamás llegará
sus gotas de rocío se secarán,
sus olores desaparecerán,
sus colores se diluirán en la lejanía del infinito
para nunca regresar,
sublimes melodías no lo podrán hechizar
Quedará congelado en mi cuerpo,
en mi recuerdo inventado,
en mi deseo frenético de que ocurriera el milagro
Pero aún así... si los Dioses escucharan mis plegarias,
y el milagro de pronto aconteciera,
una catástrofe terrible ocurriría,
ya que mi cuerpo, mi corazón y mi alma
tanta dicha no resistirían
y en añicos me rompería, incapaz de reaccionar entera
al toque de tu piel sobre la mía
Me escurriría como arena entre tus dedos
y simplemente desaparecería