Tus cerros visten de fiesta
cuando los mil tambores acechan
pues, las calles cobran vida
con tanto vino y cerveza,
pero de qué sirve toda la savia
si sólo importa la ingesta,
brindamos por el patrimonio
cuando no hay ni humanidad,
celebrando la cultura
que en tus paseos está inmersa
llenando cada rincón
de colillas y etanol,
pero cómo puede haber consciencia
si nos gobierna la incompetencia,
sumando pacos y restando libertades,
no nos queda más que tomar,
pues si no podemos estudiar
al menos que nos dejen vacilar.