David Arthur

Una caricia de calidez para mi corazón

Una caricia de calidez para mi corazón

 

No era ningún espejismo a engañar mi vista cautelosa,

sino una princesa de Núbia de la sangre real,

hija del Rey de Kush,

faraón sobre el dominio conquistador de Egipto

 

El medianoche hechicera era la hora,

cuando tal gracia nubíl contemplé

su belleza iluminada por las llamas de antorchas

una caricia de calidez para mi corazón

 

Su piel sensual de seda azabache,

sus ojos siderales de profundo resplandor,

su sonrisa de labios opulentos,

seducía mi rebelde testosterona,   

usurpadora de mi mesura incauto

 

Ay, la libertad a cortejar nunca  era mi privilegio,

la elección para amar por otros se decreta,

y a ellos de rango inferior se ordenan

a aceptar puertas trancadas y entrada prohibida

 

La foto por cortesía de Jérome Coppo

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