(I)
El viento se anuda de cometa
en pálidas y lánguidas auroras,
desnudas de impúdicos desdenes...
zaheridas por el paso de las horas,
y crece y crece su condena
en céfiro y homérico retoño...
en cándido y anárquico latido
vertido en el aura del otoño.
(II)
El viento se anuda de amarillo
en pálida y lánguida corona,
desnudo de impúdica azucena...
zaherida por el paso de las horas,
y crece y crece su condena
en céfiro y homérico silencio
en cándido...
y anárquico secreto,
licuado en el canto de su boca.