¿Sabes… al mirar tu rostro, tus ojos me cautivan?
sintiendo una atracción irresistible
con sus mil colores… y allá en el infinito
su destello de luz, iluminando mis sin sabores.
Dios los creo para realzar tu belleza
donde se convierten en joya preciosa
como dos perlas, alegrando tu mirada
como deseo besarlos… y saborear su grandeza.
Al mirarme en ellos… amor me provocas
y el tiempo se detiene, justo en tu mirada
cómo quisiera ser su dueño
para comérmelos a besos, cada madrugada.
Si después de estos versos, ellos no me mirasen
quizás moriría de tristeza, y mi alma desolada
dejarías un trovador y bohemio a oscuras
por la falta de luz… de tu mirada.
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