Cuán difícil es comprender que los temores han tomado forma.
Igual de difícil es invitarlos a dormir conmigo
Y pretender calma en su compañía.
Dados los hechos, no sé si empeñarme con ahínco
En complacer mi sentir resulte prudente en casos ulteriores;
Es más, no sé si resultó prudente contigo.
Un duro esfuerzo implica el dar cabida al perdón
Cuando el odio y la ira invaden mi persona.
Y es que justo ahora todas mis letras
Están impregnadas por un aroma iracundo.
Analizo mi camino recorrido y observo que
Mi error fue -o no se cómo llamarlo.
No sé si el actuar con ilusión,
Alimentado por un sentimiento que recoge
Lo pulcro y el compromiso que se tiene al amar
Esperando reciprocidad merezca el título de \"error\"-,
Lo que sí sé es que la reciprocidad
No siempre es correspondida,
Y darse cuenta de ello provoca un agujero
En el pecho del tamaño del amor sentido.
El llanto, el grito, o incluso escribir, ya no tiene sentido,
O al menos ya no logran su objetivo: calmar mi pena.
Vivir con una incertidumbre que punza
Y violenta mi conciencia es perturbador;
Y tratar de ganar la batalla entre la perturbación y la esperanza
Es tan absurdo como concederle todo un baile
Al tormento o sentarse a apreciar el desplome del mundo.
Es por ello que decidí soltar la soga
Que me ha estado atando a la pena.
Doloroso es hacerlo, pero el no hacerlo
Prolongaría mi tormento.
Me despido de la ilusión,
Me despido del compromiso,
De las promesas y de los sueños.
Me despido del inmenso amor que te tuve,
De la vida anterior.
Me despido de tu vida y de tu magia también.
Me despido de tu amor, de tus besos y de ti.