Solo quiero dormir.
Durmiendo no se siente dolor, ese dolor punzante que siento en el alma cuando no estoy contigo.
Durmiendo, el tiempo pasa rápidamente y se hace más corto volver a verte.
Durmiendo no siento la amargura que me produce saber que nunca podré acariciarte.
Solo quiero dormir.
Necesito otra vida para vivirla a tu lado, pero solo me conformo con ocupar unos segundos al día, un profundo rincón de tu pensamiento.
Solo quiero dormir…contigo.