francisco lopez delgado

Desde su casa.

 

 

Desde su casa.

 

Desde su casa, se veía el olmo,
el río, el prado... el sendero verde,
el trigal dorado.

Desde su casa, todo el horizonte,
la luna, el cielo... el jardín florido,
el inmenso lago.

Desde su casa, se veía el huerto
con su acequia… las moreras negras,
los cerezos, los almendros, la flor
de los granados.

Desde su casa, la aurora, el mar,
la playa, las olas… las gaviotas
volando.

¡Todo el resplandor desde su casa...!

Desde su casa, se oía el trino del
jilguero, la alondra y el canario…
el susurro de la fuente, el canto de
los grillos y las ranas, el silbo de
la brisa sobre las frondas del campo…
Se olía el perfume de la jara, el
tomillo y el romero… la albahaca,
las rosas, los claveles… el azahar
de los naranjos…

¡toda la luz, desde su mundo oscuro!
¡Toda la vida desde su casa…!

¡Con la mirada de sus ojos ciegos
y la ilusión de su alma blanca!

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Autor: Francisco López Delgado
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